El hombre fue el principal agente de la extinción de los grandes animales durante la prehistoria y no el cambio climático, asegura un estudio divulgado por la revista "Proceedings of the National Academy of Sciences". 12/08/2008
El estudio, realizado por científicos británicos y australianos, indica que la principal evidencia son los gigantescos canguros y otros marsupiales que habitaron la isla de Tasmania, conectada entonces con el sur de Australia a través de un puente natural.
Se creía que hace unos 43.000 años, cuando el hombre llegó a la isla, esos grandes animales se habían extinguido, lo que le exculpaba de haber participado en su extinción.
Sin embargo, el estudio, que utilizó las últimas técnicas del radiocarbono, constató que los gigantescos canguros de Tasmania todavía existían cuando los seres humanos comenzaron a poblar la región.
Especies empujadas a su fin
Los resultados demostraron que esos animales sobrevivieron hasta hace por lo menos 41.000 años y unos 2.000 años después de que se instalaran los primeros asentamientos humanos.
Como el clima de Tasmania no cambió de forma dramática en ese tiempo, los investigadores han indicado que ello es una evidencia más de que esas especies fueron empujadas a la extinción, debido a una cacería excesiva realizada por seres humanos.
"Se ha debilitado de manera considerable el argumento de que el cambio climático fue la causa de una extinción masiva", señala Chris Turney, científico de la Universidad de Exeter (Reino Unido) y autor principal del estudio.
Los investigadores manifiestan que el ejemplo de Tasmania es aplicable a otras partes del mundo.
Estas conclusiones sobre la participación del hombre prehistórico en la extinción animal deberían aclarar su papel y el del cambio climático en otras islas, como las británicas, indican los científicos.
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