Diego Iglesias, médico cardiólogo especialista en Medicina del Deporte se pregunta: ¿El paso del nomadismo al sedentarismo es el resultado de lo que entendemos por el desarrollo de la civilización humana?
Nuestros antepasados vienen de sociedades cazadoras y recolectoras, tenían que recorrer largas distancias, hacer forzosas carreras y emplearse a fondo para poder subsistir. Gastaba nada menos que entre 4.000 y 8.000 calorías por día, frente a las 2.500 (o menos) que utilizamos después de la revolución industrial.
El manejar todo desde un botón y no movernos del sofá es visto como signo de modernidad, de poder y comodidad. Pero ¿es beneficioso para nuestro cuerpo?. O ¿es beneficioso únicamente para las industrias de consumo desmesurado , en que el último cachivache tecnológico nos promete una felicidad sin límites y un mundo de sensaciones?
Hoy se sabe que la actividad física mejora la calidad de vida y que el sedentarismo predispone a contraer varias enfermedades. ¿Por qué no se actúa en consecuencia? Al fin y al cabo, venimos de personas que no paraban, que se movían y hacían ejercicio sin saber que lo hacían. Y nuestros cuerpo siguen siendo , prácticamente, los mismos.
El ejercicio no debe ser una moda, es una parte vital de nuestro cuerpo. Hacer deporte está en nuestros genes.
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